Hoy es la noche magica, la noche donde los sueños se cumplen, donde la ilusion todo lo envuelve, y la felicidad esta en el ambiente.
Si has crecido en una familia en la que los regalos navideños los traía ese orondo personaje vestido de rojo que responde a nombres como Santa Claus, San Nicolás o Papá Noel, posiblemente recuerdes todavía la ilusión incontenible de la noche más mágica del año. Aquella en la que casi te resultaba imposible dormirte, anticipando la emoción de encontrar fantásticos regalos al despertar y… tal vez también la huella de ese ser maravilloso que había venido a traértelos.
Todavía recuerdo con emoción la risa bonachona de Santa Claus, entrando en las casas con una campanita en la mano, la noche del 24 de diciembre, los papás enviaban a los niños a la cama después de la medianoche, pidiéndoles que fingieran estar dormidos. Minutos después, con las luces apagadas y la casa en silencio, Santa Claus llegaba cargado de regalos.
Es un recuerdo tan emocionante que tenemos que repetir el mismo ritual con nuestros hijos, y mantener firme en nuestras casas el espiritu de la Navidad, para que no desaparezca esta bonita tradicción.
Recordando el fin de esta fiesta que es el nacimiento del NIÑO DIOS.
Hoy quiero en este dia especial comentar como nace la historia de Papa Noel, Santa Claus, San Nicolas. El gordinflón barbudo vestido de rojo y blanco que le trae regalos a los niños, es tan o más fantástico y apasionante que su propia leyenda.
San Nicolás nació alrededor del año 280 en Patara, una ciudad del antiguo distrito de Licia, en Asia Menor, en el sudoeste de la actual Turquía. Era hijo de una familia adinerada y gozo de una buena educación.
A la muerte de sus padres regaló todos sus bienes y se encamino hacia la vida religiosa, ingresando en el monasterio de Sión. Fue ordenado sacerdote a los 19 años por su tío, el arzobispo de Myra, al que muy pronto sustituyo en el cargo tras su deceso. Gran defensor de los dogmas católicos, falleció siendo arzobispo de Myra cerca del año 350. Fue llamado obispo de los niños, por su amor a los pequeños, y se hizo muy popular por su gran generosidad y amabilidad para con los mas necesitados y los niños, a quienes hizo beneficiarios de su fortuna personal. Su fama se extendió mas allá de las fronteras de su región y comenzó a ser protagonista de gran cantidad de leyendas, atribuyéndosele desde salidas nocturnas para repartir regalos entre quienes lo necesitaban, hasta milagros como el de calmar una tempestad y resucitar a un marinero egipcio. De entre todos los relatos legendarios acerca de san Nicolás destacan dos historias: una, conocida como la de las tres hermanas, es la base sobre la que se construyó el mito que le convertirá en generoso repartidor de regalos; la otra llamada de los tres hermanos, le hizo acreedor al titulo de patrón protector de los niños. La primera leyenda cuenta lo siguiente:
En la ciudad de san Nicolás, Patara, había tres niñas que no se podían casar, ya que su padre estaba arruinado y no tenia dinero para sus dotes, razón por la cual el hombre había decidido venderlas a medida que alcanzaran la edad de ser desposadas. San Nicolás se entero de esto y corrió a darle una bolsa llena de monedas de oro en secreto a la mayor, para su dote. Otro tanto sucedió con la segunda y la tercera a medida que llegaron a la edad matrimonial. Según la leyenda san Nicolás, para mantener el secreto, tiraba la bolsa con el oro a través de una ventana y la embocaba en uno de los calcetines que la niña en cuestión colgaba para que se secase en la chimenea. A la tercera de las niñas le reconocieron, con lo que se hizo famoso por ello.
En la segunda leyenda, la de los tres hermanos, san Nicolás, que iba de viaje, se detuvo en una posada a pernoctar y, mientras descansaba, soñó que se cometía un terrible crimen en esa hostería: tres hermanos muy jóvenes y ricos que estaba alojados ahí también, habían sido asesinados por el dueño con el fin de robarles sus pertenencias. Al despertar, san Nicolás, encaró al posadero y lo obligo a confesar su crimen, que no era el primero, había hecho lo mismo con otros clientes a los que había troceado y puesto en salmuera, para, finalmente, servirlos a sus clientes como salazón de cerdo. Los tres niños que todavía no habían sido troceados son resucitados por el santo.
Estas dos leyendas y muchas mas le dieron fama en Europa. Los vikingos lo adoptaron como santo patrono, y de ellos paso a Rusia donde se convirtió en santo nacional a principios del siglo X. Pero su fama se extendió cuando sus huesos fueron robados de Myra por unos marineros que lo llevaron a la ciudad italiana de Bari, y puesto en la Iglesia de san Esteban. Apenas llegado ya empezó a obrar milagros y su fama corrió como el viento por toda Europa.
Desde mediados del siglo XIII san Nicolás repartía los regalos y juguetes durante la noche del 5 al 6 de diciembre, pero tras la Contra Reforma católica (1545-1563), surgió otro personaje, Christkind, el niño Jesús, que repartía regalos en el día de Navidad. El avance de la tradición de los regalos del niño Jesús forzó a que san Nicolás pasara a entregar sus regalos el día 25.
La adorable misión de repartir regalos a los niños en Navidad fue adoptada por toda Europa, y el personaje encargado de hacerlo fue desarrollándose a partir de la figura básica del san Nicolás medieval mezclada con diferentes leyendas locales (como los gnomos, el padre invierno nórdico, la bruja buena italiana, y otros mas). Así nacieron, por ejemplo, los legendarios Kolya (Rusia), Niklas (Austria y Suiza), Pezel-Nichol (Baviera), Semiklaus (Tirol), Svaty Mikulas (ex Checoslovaquia), Sinter Klaas (Holanda), Father Christmas o padre Navidad (Gran Bretaña), Santa Claus (EE.UU.), Père Noël o padre Navidad (Francia)... y otras muchas variantes del mismo mito básico.
Pero al gordinflón de barba blanca y vestido con un traje rojo ribeteado de blanco, que conduce por el aire un trineo de ocho renos transportando un saco lleno de juguetes, se lo debemos a las tradiciones holandesas y a los escritores y dibujantes de Nueva York, EE.UU..
La Tradición de san Nicolás arraigó de forma especialmente intensa en los Países Bajos a partir del siglo XIII. Se lo llego a nombrar santo protector de Ámsterdam.
Por aquellos días se lo representaba vestido con ornamentos eclesiásticos, con barba blanca, montando en un burro, y llevando un saco o cesta con regalos para los niños buenos y un manojo de varas para los desobedientes. Mas tarde, hacia el siglo XVII solía llegar en un barco que se llamaba Spanje (España), con un caballo blanco, siempre acompañado de su fiel sirviente moro Zwarte Piet (Pedro el Negro), un siempre sonriente personaje que lleva un saco lleno de golosinas que es lo suficientemente grande como para que, cuando se queda vacío, pueda meterse en el a todos los niños que se han portado mal durante el año y se los llevaba a España (un castigo horrible para la época, ya que estaban enemistados con España).
Esta tradición familiar de san Nicolás traspasó el Atlántico, en el siglo XVII, junto a los colonos holandeses que fueron a instalarse en la prometedora costa este de Norteamérica. Los holandeses fundaron Nueva Ámsterdam en la isla de Manhattan, que luego seria Nueva York. En este traspaso, Pedro en Negro se quedo en el continente, ya que desaparece de los festejos posteriores.
Washington Irving amante del folclore europeo, escribió su Historia de Nueva York en 1809, en la que describe la supuesta llegada del santo cada víspera de San Nicolás. Lo describe ya sin ropas de obispo y dejo de montar un caballo blanco para llegar en un corcel volador. Fue tan popular a raíz de este relato que todos, incluso los colonos ingleses, festejaron la celebración holandesa. El nombre fue derivando de san Nicolás, Sinterklaas o Sinter Klaas hasta acabar siendo pronunciado como Santa Claus por los angloparlantes. Había nacido un nuevo personaje, al que todavía le faltaba para convertirse en el actual gordo bonachón.
El siguiente paso en la transformación definitiva de san Nicolás en Santa Claus ocurrió el día 23 de diciembre de 1823, cuando apareció un poema en un diario de Nueva York, titulado Un relato sobre la visita de San Nicolás. Recién en 1862 se supo que lo había escrito Clement C. Moore, profesor de estudios bíblicos en Nueva York. En este poema se ensalzó el componente mágico del Nicolás de Irving y lo hizo más creíble. Cambio el trineo tirado por un caballo volador por uno tirado por renos. Lo describió como un tipo alegre, gordo y de pequeña estatura, asimilándolo a un gnomo. Y lo mas decisivo fue que Moore situó la llegada de Santa en la vigilia de Navidad, en lugar de suceder el 6 de diciembre. Gracias a este empuje, Washington Irving creo una sociedad literaria en honor al santo en 1835.
La imagen del gordo Santa Claus la detalló al máximo el dibujante Thomas Nast, que por Navidad publicó ilustraciones de Santa Claus en la revista Harper’s de 1860 a 1880. Nast añadió detalles como su taller en el polo norte y su vigilancia sobre los niños buenos y malos de todo el mundo. Él le dio el color rojo y su vestuario de pieles.
A fines del siglo XIX y principios del XX la costumbre del san Nicolás reinventado en Nueva York, se fue extendiendo por casi toda Europa. Fundo sus bases en Gran Bretaña como Father Christmas o Padre Navidad, y de ahí pasaría a Francia bajo el nombre de Père Noël o papa Navidad, del cual derivaría Papá Noél, como se lo conoce en España, Argentina y gran parte de América latina. En realidad no hizo mas que readaptarse a las antiguas costumbres de san Nicolás u otros repartidores de regalos.
El Santa Claus de Thomas Nast
Pero finalmente fu la Coca-Cola la que le dio su actual aspecto en 1931. Para la campaña publicitaria de la Navidad de este año, la Coca-Cola le encargo a Habdon Sundblom que remodelara el Santa Claus de Nast. Él creo un Santa Claus más alto, todavía más gordinflón, aunque más simpático, con un rostro bonachón, de ojos pícaros, chispeantes y amigables, con pelo cano y luenga barba y bigote, también blancos, sedosos y agradables. La vestimenta mantuvo los colores rojo y blanco, que son los de la compañía, pero su traje se hizo más lujoso y atractivo.
A la imaginación de todas esas personas se debe nuestro actual repartidor de regalos. En realidad no hizo mas que readaptarse a las antiguas costumbres de san Nicolás u otros repartidores de regalos, que se barajaban en los diferentes países del mundo. Actualmente se lo hace oriundo de Hveragerdi, según los islandeses, los noruegos dicen que vive en la ciudad de Drammen, mientras que los finlandeses (la mas aceptada) juran que nació y vive en Rovaniemi, todas estas son localidades turística. Según los finlandeses hace siglos, un primitivo Santa Claus (que ellos llaman Julemand) vestido con pieles de reno, dejaba los regalos tallados en hueso o madera en la puerta de cada casa donde viviera un niño. Pero ahora ese gigante generoso vive, desde hace 400 años, en un monte cercano a la ciudad de Rovaniemi.
Todos sabemos que vive en el Polo Norte con muchos duendes que lo ayudan a fabricar todos los regalos que le piden los niños del mundo, y que reparte los regalos en un trineo volador tirado por los siete renos a los que llama Bailarín, Saltador, Zalamero, Bromista, Alegre y Veloz, todos ellos liderados por Reno el de la nariz roja, que fue él ultimo en integrarse al grupo. Otros dicen que son ocho y se llaman Doner y Cupid, que están cerca de Papá Noel, Blitzer y Comet, Vixen y Prancer, y por ultimo Dasher y Dancer.
De cualquier forma sea San Nicolas, Papa Noel, o Santa Claus lo importante es que sigamos manteniendo estas tradiciones tan nuestras me refiero a que sigamos inculcando a nuestros hijos la capacidad de alimentar los sueños,y sazonarlos con mucha alegria que falta hace. Se me olvidaba, que cualquiera de los tres te traiga todo lo que le has pedido a tu vida y te ayude en tu trayecto. ¡ MUCHAS FELICIDADES JOU JOU JOU !
Si has crecido en una familia en la que los regalos navideños los traía ese orondo personaje vestido de rojo que responde a nombres como Santa Claus, San Nicolás o Papá Noel, posiblemente recuerdes todavía la ilusión incontenible de la noche más mágica del año. Aquella en la que casi te resultaba imposible dormirte, anticipando la emoción de encontrar fantásticos regalos al despertar y… tal vez también la huella de ese ser maravilloso que había venido a traértelos.
Todavía recuerdo con emoción la risa bonachona de Santa Claus, entrando en las casas con una campanita en la mano, la noche del 24 de diciembre, los papás enviaban a los niños a la cama después de la medianoche, pidiéndoles que fingieran estar dormidos. Minutos después, con las luces apagadas y la casa en silencio, Santa Claus llegaba cargado de regalos.
Es un recuerdo tan emocionante que tenemos que repetir el mismo ritual con nuestros hijos, y mantener firme en nuestras casas el espiritu de la Navidad, para que no desaparezca esta bonita tradicción.
Recordando el fin de esta fiesta que es el nacimiento del NIÑO DIOS.
Hoy quiero en este dia especial comentar como nace la historia de Papa Noel, Santa Claus, San Nicolas. El gordinflón barbudo vestido de rojo y blanco que le trae regalos a los niños, es tan o más fantástico y apasionante que su propia leyenda.
San Nicolás nació alrededor del año 280 en Patara, una ciudad del antiguo distrito de Licia, en Asia Menor, en el sudoeste de la actual Turquía. Era hijo de una familia adinerada y gozo de una buena educación.
A la muerte de sus padres regaló todos sus bienes y se encamino hacia la vida religiosa, ingresando en el monasterio de Sión. Fue ordenado sacerdote a los 19 años por su tío, el arzobispo de Myra, al que muy pronto sustituyo en el cargo tras su deceso. Gran defensor de los dogmas católicos, falleció siendo arzobispo de Myra cerca del año 350. Fue llamado obispo de los niños, por su amor a los pequeños, y se hizo muy popular por su gran generosidad y amabilidad para con los mas necesitados y los niños, a quienes hizo beneficiarios de su fortuna personal. Su fama se extendió mas allá de las fronteras de su región y comenzó a ser protagonista de gran cantidad de leyendas, atribuyéndosele desde salidas nocturnas para repartir regalos entre quienes lo necesitaban, hasta milagros como el de calmar una tempestad y resucitar a un marinero egipcio. De entre todos los relatos legendarios acerca de san Nicolás destacan dos historias: una, conocida como la de las tres hermanas, es la base sobre la que se construyó el mito que le convertirá en generoso repartidor de regalos; la otra llamada de los tres hermanos, le hizo acreedor al titulo de patrón protector de los niños. La primera leyenda cuenta lo siguiente:
En la ciudad de san Nicolás, Patara, había tres niñas que no se podían casar, ya que su padre estaba arruinado y no tenia dinero para sus dotes, razón por la cual el hombre había decidido venderlas a medida que alcanzaran la edad de ser desposadas. San Nicolás se entero de esto y corrió a darle una bolsa llena de monedas de oro en secreto a la mayor, para su dote. Otro tanto sucedió con la segunda y la tercera a medida que llegaron a la edad matrimonial. Según la leyenda san Nicolás, para mantener el secreto, tiraba la bolsa con el oro a través de una ventana y la embocaba en uno de los calcetines que la niña en cuestión colgaba para que se secase en la chimenea. A la tercera de las niñas le reconocieron, con lo que se hizo famoso por ello.
En la segunda leyenda, la de los tres hermanos, san Nicolás, que iba de viaje, se detuvo en una posada a pernoctar y, mientras descansaba, soñó que se cometía un terrible crimen en esa hostería: tres hermanos muy jóvenes y ricos que estaba alojados ahí también, habían sido asesinados por el dueño con el fin de robarles sus pertenencias. Al despertar, san Nicolás, encaró al posadero y lo obligo a confesar su crimen, que no era el primero, había hecho lo mismo con otros clientes a los que había troceado y puesto en salmuera, para, finalmente, servirlos a sus clientes como salazón de cerdo. Los tres niños que todavía no habían sido troceados son resucitados por el santo.
Estas dos leyendas y muchas mas le dieron fama en Europa. Los vikingos lo adoptaron como santo patrono, y de ellos paso a Rusia donde se convirtió en santo nacional a principios del siglo X. Pero su fama se extendió cuando sus huesos fueron robados de Myra por unos marineros que lo llevaron a la ciudad italiana de Bari, y puesto en la Iglesia de san Esteban. Apenas llegado ya empezó a obrar milagros y su fama corrió como el viento por toda Europa.
Desde mediados del siglo XIII san Nicolás repartía los regalos y juguetes durante la noche del 5 al 6 de diciembre, pero tras la Contra Reforma católica (1545-1563), surgió otro personaje, Christkind, el niño Jesús, que repartía regalos en el día de Navidad. El avance de la tradición de los regalos del niño Jesús forzó a que san Nicolás pasara a entregar sus regalos el día 25.
La adorable misión de repartir regalos a los niños en Navidad fue adoptada por toda Europa, y el personaje encargado de hacerlo fue desarrollándose a partir de la figura básica del san Nicolás medieval mezclada con diferentes leyendas locales (como los gnomos, el padre invierno nórdico, la bruja buena italiana, y otros mas). Así nacieron, por ejemplo, los legendarios Kolya (Rusia), Niklas (Austria y Suiza), Pezel-Nichol (Baviera), Semiklaus (Tirol), Svaty Mikulas (ex Checoslovaquia), Sinter Klaas (Holanda), Father Christmas o padre Navidad (Gran Bretaña), Santa Claus (EE.UU.), Père Noël o padre Navidad (Francia)... y otras muchas variantes del mismo mito básico.
Pero al gordinflón de barba blanca y vestido con un traje rojo ribeteado de blanco, que conduce por el aire un trineo de ocho renos transportando un saco lleno de juguetes, se lo debemos a las tradiciones holandesas y a los escritores y dibujantes de Nueva York, EE.UU..
La Tradición de san Nicolás arraigó de forma especialmente intensa en los Países Bajos a partir del siglo XIII. Se lo llego a nombrar santo protector de Ámsterdam.
Por aquellos días se lo representaba vestido con ornamentos eclesiásticos, con barba blanca, montando en un burro, y llevando un saco o cesta con regalos para los niños buenos y un manojo de varas para los desobedientes. Mas tarde, hacia el siglo XVII solía llegar en un barco que se llamaba Spanje (España), con un caballo blanco, siempre acompañado de su fiel sirviente moro Zwarte Piet (Pedro el Negro), un siempre sonriente personaje que lleva un saco lleno de golosinas que es lo suficientemente grande como para que, cuando se queda vacío, pueda meterse en el a todos los niños que se han portado mal durante el año y se los llevaba a España (un castigo horrible para la época, ya que estaban enemistados con España).
Esta tradición familiar de san Nicolás traspasó el Atlántico, en el siglo XVII, junto a los colonos holandeses que fueron a instalarse en la prometedora costa este de Norteamérica. Los holandeses fundaron Nueva Ámsterdam en la isla de Manhattan, que luego seria Nueva York. En este traspaso, Pedro en Negro se quedo en el continente, ya que desaparece de los festejos posteriores.
Washington Irving amante del folclore europeo, escribió su Historia de Nueva York en 1809, en la que describe la supuesta llegada del santo cada víspera de San Nicolás. Lo describe ya sin ropas de obispo y dejo de montar un caballo blanco para llegar en un corcel volador. Fue tan popular a raíz de este relato que todos, incluso los colonos ingleses, festejaron la celebración holandesa. El nombre fue derivando de san Nicolás, Sinterklaas o Sinter Klaas hasta acabar siendo pronunciado como Santa Claus por los angloparlantes. Había nacido un nuevo personaje, al que todavía le faltaba para convertirse en el actual gordo bonachón.
El siguiente paso en la transformación definitiva de san Nicolás en Santa Claus ocurrió el día 23 de diciembre de 1823, cuando apareció un poema en un diario de Nueva York, titulado Un relato sobre la visita de San Nicolás. Recién en 1862 se supo que lo había escrito Clement C. Moore, profesor de estudios bíblicos en Nueva York. En este poema se ensalzó el componente mágico del Nicolás de Irving y lo hizo más creíble. Cambio el trineo tirado por un caballo volador por uno tirado por renos. Lo describió como un tipo alegre, gordo y de pequeña estatura, asimilándolo a un gnomo. Y lo mas decisivo fue que Moore situó la llegada de Santa en la vigilia de Navidad, en lugar de suceder el 6 de diciembre. Gracias a este empuje, Washington Irving creo una sociedad literaria en honor al santo en 1835.
La imagen del gordo Santa Claus la detalló al máximo el dibujante Thomas Nast, que por Navidad publicó ilustraciones de Santa Claus en la revista Harper’s de 1860 a 1880. Nast añadió detalles como su taller en el polo norte y su vigilancia sobre los niños buenos y malos de todo el mundo. Él le dio el color rojo y su vestuario de pieles.
A fines del siglo XIX y principios del XX la costumbre del san Nicolás reinventado en Nueva York, se fue extendiendo por casi toda Europa. Fundo sus bases en Gran Bretaña como Father Christmas o Padre Navidad, y de ahí pasaría a Francia bajo el nombre de Père Noël o papa Navidad, del cual derivaría Papá Noél, como se lo conoce en España, Argentina y gran parte de América latina. En realidad no hizo mas que readaptarse a las antiguas costumbres de san Nicolás u otros repartidores de regalos.
El Santa Claus de Thomas Nast
Pero finalmente fu la Coca-Cola la que le dio su actual aspecto en 1931. Para la campaña publicitaria de la Navidad de este año, la Coca-Cola le encargo a Habdon Sundblom que remodelara el Santa Claus de Nast. Él creo un Santa Claus más alto, todavía más gordinflón, aunque más simpático, con un rostro bonachón, de ojos pícaros, chispeantes y amigables, con pelo cano y luenga barba y bigote, también blancos, sedosos y agradables. La vestimenta mantuvo los colores rojo y blanco, que son los de la compañía, pero su traje se hizo más lujoso y atractivo.
A la imaginación de todas esas personas se debe nuestro actual repartidor de regalos. En realidad no hizo mas que readaptarse a las antiguas costumbres de san Nicolás u otros repartidores de regalos, que se barajaban en los diferentes países del mundo. Actualmente se lo hace oriundo de Hveragerdi, según los islandeses, los noruegos dicen que vive en la ciudad de Drammen, mientras que los finlandeses (la mas aceptada) juran que nació y vive en Rovaniemi, todas estas son localidades turística. Según los finlandeses hace siglos, un primitivo Santa Claus (que ellos llaman Julemand) vestido con pieles de reno, dejaba los regalos tallados en hueso o madera en la puerta de cada casa donde viviera un niño. Pero ahora ese gigante generoso vive, desde hace 400 años, en un monte cercano a la ciudad de Rovaniemi.
Todos sabemos que vive en el Polo Norte con muchos duendes que lo ayudan a fabricar todos los regalos que le piden los niños del mundo, y que reparte los regalos en un trineo volador tirado por los siete renos a los que llama Bailarín, Saltador, Zalamero, Bromista, Alegre y Veloz, todos ellos liderados por Reno el de la nariz roja, que fue él ultimo en integrarse al grupo. Otros dicen que son ocho y se llaman Doner y Cupid, que están cerca de Papá Noel, Blitzer y Comet, Vixen y Prancer, y por ultimo Dasher y Dancer.
De cualquier forma sea San Nicolas, Papa Noel, o Santa Claus lo importante es que sigamos manteniendo estas tradiciones tan nuestras me refiero a que sigamos inculcando a nuestros hijos la capacidad de alimentar los sueños,y sazonarlos con mucha alegria que falta hace. Se me olvidaba, que cualquiera de los tres te traiga todo lo que le has pedido a tu vida y te ayude en tu trayecto. ¡ MUCHAS FELICIDADES JOU JOU JOU !
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por tus comentarios.