lunes, 12 de diciembre de 2011

los islamistas ya estan instalados entre nosotros con sus costumbres y nuestros dineros.

Seguimos de nuevo con la onda de los movimientos musulmanes dentro de nuestro pais, parece como que no le importa a nadie pero la realidad es que estan tomando posiciones para extender sus tentaculos por toda nuestra geografia, ya estan intercediendo de manera decisiva entre nuestras constumbres, religiosas, formas politicas y las  cotidianas del dia a dia, creandonos conflictos que para nada son nuestros, sino propias  de sus modos de vida, que en vez de aclimatarse ellos a nosotros pretenden que seamos nosotros los que cedamos y nos aclimatemos a su manera de vivir, encima gozan del beneplacito de asociaciones españolas que subvencionadas por nuestro maravilloso gobierno socialista les ayudan y les dan cova para que sigan creciendo y obligandonos de momento, a renunciar a nuestras costumbres amparados por leyes progres y estupidas que nos llevan a perder nuestra identidad soberana. Los informes que se recogen diariamente entre las distintas policias y fuerzas de seguridad del estado indican que hay movimientos totalmente raros y extraños en el mundo musulman afincado en España, amparados y financiados por gobiernos extranjeros, musulmanes por supuesto,  estan ya introducidos entre nuestra sociedad y  poco a poco nos estan llevando hacia donde ellos quieren, la conclusion es que el enemigo ya esta entre nosotros ahora tendremos que convivir con ellos, pero no se conforman con estar, quieren tener todo el poder para poder desarrollarse, asi que estemos vigilantes. Segun informaciones que salen en prensa a  finales de verano, hay constancia policial de que ha aumentado la presencia de salafistas en el eje de Cataluña, La Rioja, Aragón, Navarra y País Vasco. Lo que más preocupa son las diferentes luchas que se están librando entre salafistas y musulmanes moderados para controlar mezquitas ya abiertas en el País Vasco y Navarra. La táctica que los salafistas han utilizado es incorporarse a distintas asociaciones culturales musulmanas y someter a su control a mezquitas que ya están en funcionamiento. Para ello introducen un líder espiritual (imán) afín a la corriente salafista con estudios religiosos en Arabia Saudí que logre la captación de adeptos a través de la radicalización del discurso y el adoctrinamiento de jóvenes que quieren “luchar” por la Yihad.

Su principal actividad económica está basada en los productos “halal”, que son los autorizados por la religión musulmana. En el resto de mezquitas de la provincia vizcaína los musulmanes veteranos moderados han ganado la batalla a los salafistas.
 Los productos halal son aquellos productos elaborados segun marca la sharia (ley islamica) aumenta cada año en España,  al menos 100 empresas de todos los ramos dispondrán ya del certificado que garantiza que sus productos son aptos para el consumo musulmán.
Estas asociaciones culturales y mezquitas están financiadas mayoritariamente por Arabía Saudí. Lo hacen a través de un “skeik”, un ideólogo salafista-wahabita, catedrático “Ulema” de la Universidad de Educación Islámica Umm Al Qora de la Meca en Arabía Saudí que reside actualmente en Barcelona. Además hay constancia policial de que han recibido donaciones de los “hermanos” de Reus en Tarragona y mantienen relaciones estrechas con grupos ubicados en Marruecos.
En Cataluña, Navarra y Vizcaya las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detectado la presencia dentro de la comunidad musulmana de un importante activo y núcleo de adeptos vinculados y financiados por la organización Salafia Yihadia.
Esta organización extremista está implantada en el Magreb y en España e intenta imponer la Ley Islámica (La Sharia) a través de la violencia y el terror. Pero ¿que es el salafismo? El Salafismo es una corriente del Islam que tiene como base el seguimiento de la religión islámica desde el Corán, la Sunna (los hechos del profeta Mahoma) y las vivencias de las tres primeras generaciones de musulmanes (As-Salaf).
La doctrina salafista es la rama más conservadora de la tradición musulmana, choca con otras interpretaciones islámicas y sobre todo con los modos de vida de planteamientos de la sociedad occidental. La vida de cualquier salafista está dirigida y mediatizada por la religión por eso a nivel individual intentan preservar la pureza del Islam original.
Se posicionan en contra de la existencia de partidos políticos y de la política de los gobiernos occidentales. Los salafistas consideran enemigo incluso a los gobiernos de los países musulmanes que colaboran con ellos porque opinan que no se rigen por la sharia, la ley islámica. La organización encargada de conseguir estos objetivos es la Salafia Yihadia. Está implantada en el Magreb y en España y utiliza la violencia y el terror para imponer el uso de la ley islámica. Claro ejemplo son los sucesos acaecidos  en Ceuta, un dirigente musulman  habla de la ‘intifada’ que sufre la ciudad: Los jóvenes no tienen otra forma de expresar el malestar que arrojando piedras, comenta.  El barrio ceutí del Príncipe se ha convertido en la boca del lobo. Apedreamientos, emboscadas, agentes y vecinos heridos, y unos y otros hablando de defensa propia.
España teme que el nuevo Gobierno integrista de Marruecos promueva una ‘marcha verde’ sobre las ciudades de Ceuta y Melilla
En fuentes diplomáticas y de los servicios de información españoles se sigue con interés y preocupación la victoria de los islamistas del Partido para la Justicia y el Desarrollo (PJD) en el vecino Reino de Marruecos. y Ceuta ya no serán contempladas como simples vestigios coloniales, como las definían los nacionalistas del Istiqlal, sino como territorios sagrados del islam en manos de infieles”,El desafío marroquí contra la soberanía española de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla cuenta ahora con un nutriente ideológico que podría elevar la escalada de tensión en los próximos meses.
A estos inmigrantes que no se incorporan en nuestras costumbres para una mejor convivencia,  se les otorga ventajas fiscales, laborales, sociales, economicas, en las ayudas a la vivienda, en becas de comedor, en plazas escolares específicamente reservadas, favoritismos y subvenciones mediante diversas organizaciones “no gubernamentales”, y un largo etcétera. ¡Hasta en los vales de comida gratis tienen preferencia los inmigrantes sobre los nacionales!
No es un mito ni una leyenda urbana como insinúan los pro-inmigracionistas a sueldo, es información rigurosa corroborada documentalmente. Sirva como ejemplo el díptico elaborado en 2010 por el Ayuntamiento de Valencia, con mayoría absoluta del PP, donde se concede a los empresarios entre 3000 y 6000 euros por cada inmigrante contratado, discriminando a los españoles parados que perfectamente podrían realizar esos trabajos. Y todo, por supuesto, en nombre de la “integración”: En un país al borde del colapso, con cinco millones de parados y 7,5 millones de inmigrantes (de los que solo 1,7 millones cotizan a la ss), no hacen falta políticas de “integración” que excluyan a los españoles, sino de repatriación urgente, especialmente de ilegales, delincuentes y parados de larga duración.
Según los teóricos de la discriminación positiva y otras políticas análogas, para alcanzar una idílica sociedad igualitaria, progresista y multicultural (eufemismo de auto-destrucción) es necesario perjudicar a la población autóctona mediante favoritismos estatales que beneficien a los inmigrantes. Así se conseguiría, según estos ideólogos, una sociedad equitativa con individuos igualados, ignorando los efectos negativos que la inmigración masiva provoca en el país.
Esta forma de discriminación y de ingeniería social se disfraza de palabras bonitas, como “tolerancia”, “igualdad” o “progreso” para evitar el rechazo intuitivo que lógicamente produce en cualquier persona medianamente formada. Supone además un agravio contra los intereses de la población española, pues otorga prebendas a los foráneos extraídas de un Estado de bienestar al que no han correspondido previamente con deberes y méritos. Estado de bienestar que no es gratis, sino que ha sido construido con el esfuerzo y sudor de los padres y abuelos de la población autóctona perjudicada.
No podemos seguir permitiendo que los dirigentes de este país sigan traicionando al pueblo que representan. Hay que desenmascarar estas políticas de discriminación “positiva”, llevadas a la práctica por las administraciones de los partidos políticos del arco parlamentario actual, y denominarlas como lo que es: racismo antiespañol. un saludo. 

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