Miles de padres separados/divorciados que por decisión de la injusta justicia que padecemos en España, lenta, cara y arbitraria, además de sorda y ciega, son tratados y considerados, como delincuentes. La presunción de culpabilidad respecto de los padres de familia impregna a la totalidad de las normas legales españolas, relativas a la ruptura de pareja y la custodia de los menores tras la disolución del vínculo matrimonial.
Las mujeres se quedan con la custodia de los niños en el 95% de los casos y los padres se conforman con verlos unas horas cada 15 días. Sin embargo, algunas madres impiden a sus ex maridos mantener contacto con ellos alegando que los hijos no quieren verles.
Así comienza un rifirrafe (más de la mitad de los divorcios son con hostilidades) en el que los niños son los más perjudicados. Muchos desarrollan el síndrome de alienación paternal, es decir, odian a un padre que les quiere, porque la madre les habla mal de él.
Los problemas de los padres separados, y básicamente de los hombres, es el trato desigual que se recibe por culpa de unos gobernantes inútiles que no son capaces de hacer leyes realmente igualitarias respecto a las mujeres y hombres. Si queremos igualdad todos nos merecemos las mismas leyes, los mismos derechos y las mismas obligaciones, no sólo cuando uno está casado debe participar del cuidado del hogar y sus hijos, también cuando se separa debe tener las mismas posibilidades de educar a los hijos. Y esto no se cumple, por que nunca ha sido de interés en esta sociedad ni de nuestros legisladores.
Es necesario que se apruebe una ley nacional de custodia compartida y asi se evitara la expoliación a la que se somete a los padres separados y que se reconozca de una vez que los padres que se separan y se divorcian lo hacen de sus mujeres nunca de sus hijos.
Cabe recordar, como es el momento de la separación de un padre, de momento tiene que abandonar su piso y lo que hasta hace poco era su hogar, tiene que pasar la pensión alimenticia que le marca la ley, y con lo que le resta buscarse otro habitáculo para vivir y como todos sabemos no le alcanza el dinero, con lo cual se genera otro problema mas, por lo cual deberia de reglamentarse estas situaciones y tampoco es nada complicado, se podría reglamentar que el piso en común acuerdo fuera vendido o el estado le hiciera una hipoteca inversa y el dinero resultante fuera a parar a una cuenta bancaria manipulada por un agente social que se encargara de pagar los gastos generados por los niños desde alimentacion, colegio ,ropa y lo que hiciera falta, todo ello avalado con justificantes de compra, asi uno no se vería beneficiado en detrimento del otro y los niños estarían mas protegidos, pues como todos recordamos se han dado casos de padres que pasaban la pensión correspondiente a la madre, para la manutención y esta lo gastaba en el bingo, creo que fue hace unos años en los que falleció una niña porque les habian cortado la luz y estudiaba con una vela por toda iluminacion y se prendió fuego la casa con el resultado del fallecimiento de la menor. Luego tambien la mujer que rehace su vida, (que esta en su perfecto derecho) nada que objetar, y comparte la pensión que le pasa su ex, con su nueva pareja y viven en su piso, disfruta de sus muebles y demas pertenencias y encima no le dejan ver a su hijo, esto genera violencia y es bastante cruel. Por todo eso se aboga por la custodia compartida como la solución mas acertada y justa.
La actual Ley de Divorcio fomenta la confrontación y promueve el repudio (solamente de la mujer hacia el hombre, a la inversa es impensable) tal es así que, generalmente son en más del 70% de los casos las mujeres quienes toman la iniciativa de presentar la demanda de divorcio, pues para ellas es “un buen negocio”. Y como consecuencia, al hombre le corresponderá: abandonar el domicilio familiar con “lo puesto”; ver a sus hijos dos fines de semana y cuatro tardes al mes; pagar las pensiones “parasitarias” que se le impongan, sin posibilidad alguna de controlar su utilización posterior; y en caso de existir préstamo hipotecario, seguir pagándolo mientras la vivienda familiar podrá ser disfrutada solamente por su “ex”, tal vez, en compañía de un nuevo compañero.
La actual legislación de divorcio, unida a la normativa relativa a la violencia sobre la mujer, que castiga más severamente a los varones, inmerso todo ello en un entorno social que considera víctima a la mujer y victimario al varón, son el perfecto caldo de cultivo para la denuncia falsa, que, de la noche a la mañana, convierte a la mujer en la única beneficiaria de las rupturas de pareja. Ni que decir tiene que la perversa situación que venimos describiendo, va acompañada de otros premios, como acceso a puestos de trabajo, vivienda, percepción de salarios sociales, prestaciones y subsidios por desempleo, permisos de residencia para extranjeras, cursos de formación, etc. destinados a supuestas maltratadas. Las denuncias falsas están poderosamente alentadas e incentivadas, en detrimento de las mujeres que realmente están en situación de riesgo, y que realmente merecen protección.
Y mientras tanto ¿quien protege a los niños? mientras los padres dilapidan su vida y su patrimonio, enfrascados en batallas judiciales promovidas por la legislación vigente que lejos de obligar a acercar posturas provoca el conflicto entre las partes, los hijos estan abandonados y no queridos por el progenitor que se convierte en mero visitador. Los hijos en muchas ocasiones se ven inmersos en las discusiones de los padres quienes les piden que se posicionen a favor de uno de ellos y se enfrenten al otro. Cualquiera que haya preguntado a un niño con cuál de sus padres quiere estar, habrá obtenido la misma respuesta: "Quiero estar con papá y mamá". Resulta incomprensible que el legislador y el aparato judicial promueva la orfandad en vez del bienestar. Sólo se puede entender conociendo la descomunal cifra de dinero que mueven las separaciones conyugales. Sólo se entiende viendo la multitud de "profesionales" que viven a costa del dolor y sufrimiento, que provocan los divorcios.Hay que cambiar la legislación actual, y luchar para que la Custodia sea compartida y sea la norma y no la excepción, porque los niños necesitan del cariño, conocimientos y experiencia de las dos familias, la paterna y la materna, los padres que no sean capaces de llegar a un acuerdo sensato tras su separación, tienen que ser obligados por la legislación, y los jueces no deben privar del contacto y cariño del padre y de la madre.
No puedo entender que una relación que comenzo cargada de amor e ilusion y sin abogado se rompa, y una vez acabado el amor sea el abogado el que marque las pautas a seguir por la pareja que se separa.
Decía Henry Peter lord canciller ingles (1778-1868) El abogado es un señor que recupera vuestros bienes de las manos de vuestros adversarios y se los queda para el. Por lo tanto siguiendo esta premisa es mejor un mal arreglo que un buen pleito sobre todo para los niños que son los que verdaderamente sufren y pagan las consecuencias cuando las cosas no se hacen bien.
Me gustaria que cuando dos adultos que han adquirido un compromiso y por las razones que sean se van a divorciar que consideren por un momento la felicidad y el bienestar de los hijos que no actuen egoistamente, y que no utilicen a los hijos como elementos de venganza, por que los que sufren y no entienden el porque son los menores y al cabo del tiempo sin duda pedirán explicaciones.
Un saludo.
Las mujeres se quedan con la custodia de los niños en el 95% de los casos y los padres se conforman con verlos unas horas cada 15 días. Sin embargo, algunas madres impiden a sus ex maridos mantener contacto con ellos alegando que los hijos no quieren verles.
Así comienza un rifirrafe (más de la mitad de los divorcios son con hostilidades) en el que los niños son los más perjudicados. Muchos desarrollan el síndrome de alienación paternal, es decir, odian a un padre que les quiere, porque la madre les habla mal de él.
Los problemas de los padres separados, y básicamente de los hombres, es el trato desigual que se recibe por culpa de unos gobernantes inútiles que no son capaces de hacer leyes realmente igualitarias respecto a las mujeres y hombres. Si queremos igualdad todos nos merecemos las mismas leyes, los mismos derechos y las mismas obligaciones, no sólo cuando uno está casado debe participar del cuidado del hogar y sus hijos, también cuando se separa debe tener las mismas posibilidades de educar a los hijos. Y esto no se cumple, por que nunca ha sido de interés en esta sociedad ni de nuestros legisladores.
Es necesario que se apruebe una ley nacional de custodia compartida y asi se evitara la expoliación a la que se somete a los padres separados y que se reconozca de una vez que los padres que se separan y se divorcian lo hacen de sus mujeres nunca de sus hijos.
Cabe recordar, como es el momento de la separación de un padre, de momento tiene que abandonar su piso y lo que hasta hace poco era su hogar, tiene que pasar la pensión alimenticia que le marca la ley, y con lo que le resta buscarse otro habitáculo para vivir y como todos sabemos no le alcanza el dinero, con lo cual se genera otro problema mas, por lo cual deberia de reglamentarse estas situaciones y tampoco es nada complicado, se podría reglamentar que el piso en común acuerdo fuera vendido o el estado le hiciera una hipoteca inversa y el dinero resultante fuera a parar a una cuenta bancaria manipulada por un agente social que se encargara de pagar los gastos generados por los niños desde alimentacion, colegio ,ropa y lo que hiciera falta, todo ello avalado con justificantes de compra, asi uno no se vería beneficiado en detrimento del otro y los niños estarían mas protegidos, pues como todos recordamos se han dado casos de padres que pasaban la pensión correspondiente a la madre, para la manutención y esta lo gastaba en el bingo, creo que fue hace unos años en los que falleció una niña porque les habian cortado la luz y estudiaba con una vela por toda iluminacion y se prendió fuego la casa con el resultado del fallecimiento de la menor. Luego tambien la mujer que rehace su vida, (que esta en su perfecto derecho) nada que objetar, y comparte la pensión que le pasa su ex, con su nueva pareja y viven en su piso, disfruta de sus muebles y demas pertenencias y encima no le dejan ver a su hijo, esto genera violencia y es bastante cruel. Por todo eso se aboga por la custodia compartida como la solución mas acertada y justa.
La actual Ley de Divorcio fomenta la confrontación y promueve el repudio (solamente de la mujer hacia el hombre, a la inversa es impensable) tal es así que, generalmente son en más del 70% de los casos las mujeres quienes toman la iniciativa de presentar la demanda de divorcio, pues para ellas es “un buen negocio”. Y como consecuencia, al hombre le corresponderá: abandonar el domicilio familiar con “lo puesto”; ver a sus hijos dos fines de semana y cuatro tardes al mes; pagar las pensiones “parasitarias” que se le impongan, sin posibilidad alguna de controlar su utilización posterior; y en caso de existir préstamo hipotecario, seguir pagándolo mientras la vivienda familiar podrá ser disfrutada solamente por su “ex”, tal vez, en compañía de un nuevo compañero.
La actual legislación de divorcio, unida a la normativa relativa a la violencia sobre la mujer, que castiga más severamente a los varones, inmerso todo ello en un entorno social que considera víctima a la mujer y victimario al varón, son el perfecto caldo de cultivo para la denuncia falsa, que, de la noche a la mañana, convierte a la mujer en la única beneficiaria de las rupturas de pareja. Ni que decir tiene que la perversa situación que venimos describiendo, va acompañada de otros premios, como acceso a puestos de trabajo, vivienda, percepción de salarios sociales, prestaciones y subsidios por desempleo, permisos de residencia para extranjeras, cursos de formación, etc. destinados a supuestas maltratadas. Las denuncias falsas están poderosamente alentadas e incentivadas, en detrimento de las mujeres que realmente están en situación de riesgo, y que realmente merecen protección.
Y mientras tanto ¿quien protege a los niños? mientras los padres dilapidan su vida y su patrimonio, enfrascados en batallas judiciales promovidas por la legislación vigente que lejos de obligar a acercar posturas provoca el conflicto entre las partes, los hijos estan abandonados y no queridos por el progenitor que se convierte en mero visitador. Los hijos en muchas ocasiones se ven inmersos en las discusiones de los padres quienes les piden que se posicionen a favor de uno de ellos y se enfrenten al otro. Cualquiera que haya preguntado a un niño con cuál de sus padres quiere estar, habrá obtenido la misma respuesta: "Quiero estar con papá y mamá". Resulta incomprensible que el legislador y el aparato judicial promueva la orfandad en vez del bienestar. Sólo se puede entender conociendo la descomunal cifra de dinero que mueven las separaciones conyugales. Sólo se entiende viendo la multitud de "profesionales" que viven a costa del dolor y sufrimiento, que provocan los divorcios.Hay que cambiar la legislación actual, y luchar para que la Custodia sea compartida y sea la norma y no la excepción, porque los niños necesitan del cariño, conocimientos y experiencia de las dos familias, la paterna y la materna, los padres que no sean capaces de llegar a un acuerdo sensato tras su separación, tienen que ser obligados por la legislación, y los jueces no deben privar del contacto y cariño del padre y de la madre.
No puedo entender que una relación que comenzo cargada de amor e ilusion y sin abogado se rompa, y una vez acabado el amor sea el abogado el que marque las pautas a seguir por la pareja que se separa.
Decía Henry Peter lord canciller ingles (1778-1868) El abogado es un señor que recupera vuestros bienes de las manos de vuestros adversarios y se los queda para el. Por lo tanto siguiendo esta premisa es mejor un mal arreglo que un buen pleito sobre todo para los niños que son los que verdaderamente sufren y pagan las consecuencias cuando las cosas no se hacen bien.
Me gustaria que cuando dos adultos que han adquirido un compromiso y por las razones que sean se van a divorciar que consideren por un momento la felicidad y el bienestar de los hijos que no actuen egoistamente, y que no utilicen a los hijos como elementos de venganza, por que los que sufren y no entienden el porque son los menores y al cabo del tiempo sin duda pedirán explicaciones.
Un saludo.
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