lunes, 9 de enero de 2012

Javier Barden el Republicano forrado de dolares ofende a la reina de España

Aquí estoy de nuevo frente al teclado del ordenador despues de unos dias de fiesta y de magia, he querido en estos dias estar tranquilo y relajado disfrutando de mi familia y de los amigos. Pero lo dicho hay que seguir con el dia a dia.
A primeros de diciembre la prensa se hacia eco de un premio entregado por el instituto Reina Sofia  al actor Javier Barden, y este hizo unas declaraciones muy poco afortunadas, mas bien fuera de tono y a destiempo, pero ya a nadie sorprende este individuo carente de formacion protocolaria y de educacion básica, es un comunista multimillonario que critica a los ricos de la derecha y vive como y donde ellos, en urbanizaciones privilegiadas con guardias de seguridad incluidos.
El domingo 4 de diciembre el diario critico publicaba el siguiente articulo; La columna de Gema Lendoiro: Las ofensas de Bardem a la reina de España. Que a nadie le quepa la más mínima duda de mi apoyo al 100% que le doy a la libre expresión de lo que cada uno piense. Me parece un derecho fundamental que ha costado mucho no sólo conseguirlo sino ejercerlo sin trabas. Pero, como en todas las cosas, opinar no siempre es conveniente especialmente cuando se dan cuatro coordenadas, una, no se te pregunta, dos, no viene a cuento y tres, ofendes a otras personas y cuatro, no es necesario, no aporta. Todo esto lo estoy diciendo porque Javier Bardem,  ha recogido la Medalla de Oro del instituto Reina Sofía en Nueva York por su trayectoria artística. Cuando pronunció sus palabras de agradecimiento aprovechó, ya del tirón, para declarar delante de todos los invitados, el público y la propia Reina, su opinión sobre la Monarquía. Así, sin venir a cuento, sin que se le haya hecho la pregunta y, sobre todo, en un acto presidido por la propia Reina con el nombre del Instituto que lleva su nombre.
Que Bardem sea republicano a mí, particularmente, me parece de perlas.  Pero me parece una torpeza por su parte, una demostración de rudeza y mal estilo decir esto en un acto de una institución que lleva el nombre de la reina de España y con la presencia de ella en el mismo. Barden, ¿si tanto te escama la monarquía por qué aceptar un premio de esa institución? ¿no hubiera sido más honesto y, sobre todo más educado, no acudir si sabías que no te ibas a reprimir? O se puede ser republicano, acudir a un acto donde está la reina y no decir esas opiniones, más que nada para evitar ofender a la anfitriona. Se llama tener educación, modales, respeto por las personas.
 Supongo que la Reina se quedó sorprendida y, sobre todo, enfadada por sus palabras aunque, a buen seguro ni se le notó. Está preparada para eso, tiene educación. Justamente la que le falta a Bardem. No son buenos tiempos para la Familia Real, no señor.
Tenia muchas cosas preparadas para decirle a este sujeto que va de republicano, que es capaz de ir abriendo una manifestación y salir corriendo, vestirse de armani y salir en avion privado a cenar a paris en el sitio mas caro de la ciudad, este es el gran heroe rèpublicano, pero prefiero ponerles un articulo de alfonso ussia que con su especial flema le dedica a este Sr. dice asi:
Me divierte esta gente. Ya no saben qué hacer para llamar la atención. Su «marketing» –perdón por la cursilería– se sustenta en la grosería calculada y la incoherencia. Hace pocos días, el Instituto Reina Sofía de Nueva York entregó sus premios. No tengo la relación de los miembros que componen su jurado, pero me temo más de una sorpresa. Entre los premiados estaba el inevitable Javier Bardem. Todos los presentes, empezando por la Reina, protocolariamente vestidos. Pero como Javier Bardem es comunista y republicano, se presentó sin corbata para parecer más de izquierdas. La Reina le entregó su medalla y Javier Bardem se la agradeció recordando a la Reina su condición de republicano, detalle que a la Reina y al resto de los presentes les importa un bledo.
El día que le concedan el Premio Quesos de Castilla, lo dirá cuando reciba el queso: «Muchas gracias, pero soy republicano». Años atrás, encabezó el movimiento de la Ceja con su oposición a la guerra de Irak y llamó asesino aAznar. Poco después, el Gobierno socialista de Zapatero mandó a nuestros soldados a luchar en la guerra de Afganistán. Pero Bardem se calló seguramente por su condición de republicano. También, desde su condición de anticapitalista y antinorteamericano, montó un «lobby» para acceder a la posibilidad de ser premiado con un «Oscar». Es un buen actor y ganó el «Oscar». Y a pesar de que se lo daban en los Estados Unidos lo aceptó encantado, olvidando su condición de antinorteamericano, anticapitalista y republicano, que allí en Estados Unidos significa ser muy de derechas.
También es un decidido defensor de la causa palestina, y los judíos le caen muy mal. Pero lo que son las cosas. Ingresó a su mujer, Penélope Cruz, en unos de los hospitales más caros del mundo para que ésta diera a luz al hijo de ambos. En un hospital de Los Ángeles fundado y administrado por la comunidad judía. Lo normal y lógico en un antinorteamericano, anticapitalista y antisemita.
El feliz matrimonio viene poco por España, porque aquí el cine no tiene dinero, y el anticapitalista busca dólares en otros mercados. Pero como las raíces tiran, el joven matrimonio anticapitalista, antinorteamericano, antisemita y republicano ha elegido para vivir la urbanización «La Finca», la más exclusiva de los entornos de Madrid, y hace muy bien, porque un comunista anticapitalista tiene todo el derecho a vivir entre multimillonarios si puede mantener ese nivel de vida. Y cuando le pregunte un inocente militante comunista el motivo de tanto lujo, él coherente le responderá: «Ya ves, vivo ahí, pero soy republicano».
Sentirse comunista, antinorteamericano y republicano, no garantiza la coherencia. Por respeto a la Reina, pero más aún, por respeto a su condición de republicano, no se acepta el premio del Instituto Reina Sofía, y si se acepta, se acude vestido de premiado, no de grosero marginal. Por respeto a su condición de antiamericano y anticapitalista, no se acepta el «Oscar». Por respeto a sus simpatías palestinas y desafectos hacia Israel, no se tienen los hijos en un hospital judío carísimo. Y por respeto a su condición de comunista, no se hace uno una casa en la urbanización más selectiva de Madrid.
Y todavía hay gente que admira su militancia en la izquierda. Gente muy divertida, por otra parte.




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