martes, 20 de septiembre de 2011

El milagro de los Donantes de organos

No es fácil, definitivamente la vida no es nada fácil, aunque a decir verdad somos nuestros propios tripulantes y de nosotros depende el hacerla fácil, o difícil, en lo que debemos estar preparados es para soportar los reveses que sin duda nos dará. Hay unos ángeles que conviven con nosotros que forman parte de nuestra comunidad, pero que permanecen en el anonimato, estos no disfrutan de portadas en las revistas ni aparecen en ningún diario de importante tirada, a lo sumo en pequeñas reseñas en paginas interiores, estos, son nuestros donantes de órganos, seres insignificantes pero Grandes muy Grandes, de alma, de espíritu, desprendidos, generosos, que por ofrecer se ofrecen ellos mismos para dar vida a los demas, sin duda no hay cosa mas bonita ni desinteresada.
 Hay un puñado grande de niños-jóvenes ,adolescentes que están amarrados a maquinas para poder seguir viviendo todo sucede muy rápido, en su infancia luchan contra su enfermedad pero generalmente pierden y tienen que rediseñar sus juegos, estudios, y su forma de vivir para convivir con esa progresiva enfermedad que los esta debilitando, bajan de peso, cambia el color en sus facciones y su mirada pierde brillo tornándose opaca y triste, muy triste, pues los miedos y dolores se apoderan de ellos sin remisión, los medicos no pueden frenarla ni curarla,  pero se aferran a la vida desesperadamente esperando un milagro. Este es mi pequeño homenaje a estas personas que en el momento final de su vida han querido compartir vida con todos aquellos que esperan un trasplante, de todo corazón en mi nombre y en el de toda la socidad GRACIAS. Quiero dejaros un pensamiento de Robert N.test que se titula.
En recuerdo mio.
El día llegara en que un medico comprobara que mi cerebro ha dejado de funcionar y que mi vida en este mundo ha llegado a su termino.
Cuando tal cosa ocurra, no intentes infundirle a mi cuerpo una vida artificial con ayuda de alguna maquina y no digas que me hallo en mi lecho de muerte. Estaré en mi lecho de vida y ve que este cuerpo sea retirado para contribuir a que otros seres humanos hagan mejor vida.
Da mis ojos al infeliz que jamas haya contemplado el amanecer, que no haya visto el rostro de un niño o la luz del amor en los ojos de una mujer.
Da mi corazón a alguna persona a quien el propio, solo le haya valido interminables días de sufrimiento.
Mi sangre dasela al adolescente rescatado de su automovil en ruinas, a fin de que pueda vivir hasta ver a sus nietos retozar a su lado.
Da mis riñones al enfermo que debe recurrir a una maquina para vivir de una semana a otra.
Para que un niño lisiado pueda andar, toma la totalidad de mis huesos, todos mis músculos, las fibras y los nervios de mi cuerpo.
Hurga en todos los rincones de mi cerebro. Si es necesario toma mis células y haz que se desarrollen, de modo que algún día un chico sin habla, logre gritar con entusiasmo al ver caer un gol, y una muchachita sorda pueda oír repiquetear la lluvia en los cristales de la ventana.
Lo que quede de mi cuerpo, entregalo al fuego y lanza las cenizas al viento para contribuir al crecimiento de las flores.
Si algo has de enterrar, que sean mis errores, mis flaquezas y todos mis prejuicios contra mi prójimo.
Si acaso quieres recordarme, hazlo con una buena obra y diciendo alguna palabra bondadosa a quien tenga necesidades de ustedes.
Si haces todo lo que pido vivire eternamente.

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